Actualmente, el periodismo atraviesa por una crisis de valores. Ya no prima tanto la información sino que el objetivo es generar más audiencia a toda costa. Para ello, recurren a lo fácil, al sensacionalismo, a la crónica negra, los sucesos, la prensa rosa y al morbo. Y las noticias de violencia de género tienen todos los ingredientes para ello. Así, este tipo de noticias son víctimas de la espectacularización que la televisión protagoniza a menudo para abarcar más cuota de pantalla sin importar las consecuencias que esto puede traer para los personajes de la noticia.
“Mujer maltratada y varón maltratador se convierten en personajes, en actores eventuales que trabajarán sin sueldo y sin contrato, y que, aún mejor, proveerán a la cadena de la posibilidad de demostrar su lucha a favor de la igualdad, su repudia a que sucesos cómo éste le hagan ganar audiencia”, Iglesias Canle, I. C., & Lameiras Fernández, M. (2012).
Así, con la mención al número de teléfono de información y asesoramiento jurídico en materia de violencia de género 016 y con la narración de los hechos de forma que se ensalce a la víctima y se muestre al maltratador como un ser desnaturalizado e insensato, se realizará, como las autoras explican, un “lavado de cara” para la cadena.
En cuanto al tratamiento de las noticias de violencia de género, éstas casi siempre se las coloca dentro de la sección de sucesos y, en muchos casos, los medios sólo las incluyen en sus agendas si la víctima resulta asesinada. Y, a no ser que el caso se vuelva muy mediático y cause un gran impacto en la sociedad (véase el efecto del caso Orantes o La Manada en España), los medios no hacen un seguimiento del caso después de la muerte de la mujer.
Puesto que los medios de comunicación siguen empleando estereotipos sobre el género, España para promover la igualdad en los medios de masas, fundó en 1994 el Observatorio de la Publicidad Sexista, hoy en día conocido cómo Observatorio de la Imagen de las Mujeres (OIM). Esta institución se encarga de que los medios de comunicación, sobre todo públicos, muestren una imagen de igualdad efectiva entre hombres y mujeres sin estereotipar. Para ello, promueve objetivos cómo: el no empleo del lenguaje sexista, participación en campañas institucionales enfocadas a la igualdad y eliminación de la violencia de género y animar la incorporación de la mujer a puestos de responsabilidad.
Sin embargo, la principal finalidad del Observatorio de la Imagen de las Mujeres es estudiar la presencia de las mujeres en la publicidad y en los medios de comunicación. De manera que, si en alguno de estos ámbitos se la presentara de forma discriminatoria o sexista, llevar a cabo el procedimiento para acabar con eso. En el informe realizado en 2008 por el OIM se llegó a la conclusión de que todavía se sigue mostrando a la mujer relacionándola con la maternidad y las tareas domésticas, aunque también se la expone trabajando fuera del ámbito familiar. “Así, que se potencia la “doble jornada laboral de la mujer, es decir, la mujer “superwoman” es aquella que trabaja dentro y fuera del hogar”, Iglesias Canle, I. C., & Lameiras Fernández, M. (2012).
Otra de las conclusiones que sacan del informe es que mientras que las voces en off de anuncios de productos de limpieza son de mujeres, el 70% restante de las voces en off son de hombres debido a que éstos transmiten credibilidad y están orientadas a la competitividad y poder.
En cuanto a la aparición de la mujer en los medios, Sánchez, Quintana y Plaza (2009) citados por Iglesias Canle, I. C., & Lameiras Fernández, M. (2012), decían que según el estudio de 13.000 noticias, las mujeres eran protagonistas en menos del 13%, aparecían de forma individual en un 7.5% y eran protagonistas en el 6.49% de las portadas. Además, se añade que en las secciones de menor relevancia, como Sociedad o Cultura, suelen estar protagonizadas por mujeres mientras que los hombres ocupan los titulares de las secciones de mayor importancia como Internacional, Nacional o Economía. “Queda claro que los medios de comunicación no otorgan la visibilidad ni el tratamiento adecuado a la mujer, y que se siguen apoyando en los estereotipos masculinos y femeninos de manera que siguen perpetuando las desigualdades de género”, Iglesias Canle, I. C., & Lameiras Fernández, M. (2012).
Las mujeres no solo son las principales sufridoras de la violencia de género sino que también tiene que sufrir la discriminación de los medios de comunicación colaborando así a la violencia estructural contra las mujeres. Sin embargo, si los medios de comunicación hicieran un correcto e igualitario uso de la información serían un fantástico instrumento para la sensibilización y concienciación, además de ser una herramienta perfecta de presión política.
Ilustración: Rossana Favero - Enfoque Derecho
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