El 18 de diciembre de cada año se celebra el Día Internacional del Migrante, la Organización de las Naciones Unidas para 2019 estimó que el número de migrantes internacionales alcanzó los 272 millones en todo el mundo.
Según el Portal Datos Mundiales sobre la Migración, en Asia se concentra el 31% de la población migrante internacional; en Europa, América, África y Oceanía los datos se reparten en el 30%, 26%, 10% y 3% respectivamente.
Los masivos desplazamientos de refugiados y migrantes, son resultado de causas políticas, culturales, socioeconómicas, bélicas y por conflictos territoriales especialmente en regiones como África y Medio Oriente. Migrar es buscar una vida mejor en medio de la adversidad, una determinación arriesgada que en algunos casos no funciona del todo bien. De acuerdo con el Portal antes mencionado, el número de muertes y desapariciones de migrantes a nivel mundial desde junio de 2014 a octubre de 2019 es de 33.686 individuos.
La migración trae consigo realidades sociales para las que no estamos preparados y difícilmente existen mecanismos para contrarrestarlas. La xenofobia, racismo, depresión e integración laboral forman parte de las adversidades que afectan al individuo que migra.
En la actualidad la migración se ha convertido en un tema de coyuntura, el reto en cuestión de los estados será encontrar la manera de integrar económica y socialmente al migrante, aun cuando esta posibilidad es de difícil cumplimiento para sus propios habitantes. Organizaciones no gubernamentales han tomado la posta con diálogos y programas de acción entre países y regiones. Migrar es un derecho universal pero también humano. Nadie esta exento de no migrar, pero todos debemos entender que el migrante es un ciudadano mas que decidió quedarse y enfrentar las mismas realidades que nosotros, sin igualdad de condiciones y con mas cargas e incertidumbres que sus propias fuerzas.
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