Sin duda alguna Ecuador figura entre los países más biodiversos del mundo, convirtiéndose en el primer país en biodiversidad relativa, es decir, por el número de especies en relación a la unidad de superficie. El país posee grandes recursos naturales de importancia estratégica.
Ahora bien, la explotación de estos recursos naturales genera un impacto considerable en el medio ambiente. El reto en cuestión para la gobernanza ambiental será generar políticas ambientales enmarcadas en el equilibrio entre conservación y el uso sostenible de la naturaleza.
En este sentido se comprende que el equilibrio entre conservación y el uso sostenible del ambiente deberá ser enfocado en las áreas protegidas para mantener los servicios y productos ambientales. Tal es el caso de las áreas protegidas de montaña encargadas de regular los regímenes hídricos, de las tierras bajas que contribuyen a mantener el suministro de agua a ciudades y pueblos; y de las áreas marinas que fomentan la conservación de la biodiversidad marina y a aseguran la sostenibilidad de la pesca.
Según la Investigación -Problemas de la gobernanza ambiental en el Ecuador- realizada por Guillaume Fontaine e Iván Narváez: “las instituciones ecuatorianas no disponen de recursos suficientes para aplicar solas los planes y estrategias de gestión necesarios, ni pueden desarrollar un entorno favorable de gestión debido a la falta de marcos normativos idóneos que viabilicen la concreción de la política de fraccionamiento competencial en materia ambiental (desconcentración y descentralización) a fin de aprovechar los beneficios que aportan y el valor de los servicios que prestan las áreas protegidas”.
A pesar de la declaratoria de protección constitucional de considerar a la Naturaleza como sujeto de derechos, se evidencia un actuar débil en temas de normativas ambientales significativas por parte del estado a favor de la conservación y el manejo de la diversidad biológica y los ecosistemas. Factores importantísimos en temas de desarrollo sostenible.
¡Hola!
Lamentablemente es algo que se extiende por todo el mundo. Los humanos sobreexplotamos los recursos naturales a nuestro favor e interés y no nos damos cuenta que con ello estamos bombardeando la salud de nuestro planeta, e indirectamente por no decir de un modo directo, nuestra propia.
A ver si nos ponemos las pilas ya, que nuestro planeta lo necesita, y sobre todo, se lo merece.
Besotes