El viejismo es una forma de discriminación al adulto mayor principalmente por su edad.
Frágil, enfermizo, poco útil, son algunos de los adjetivos que recibe una persona de edad avanzada. ¿Son tan frágiles como se piensa? ¿Los problemas de salud son “propios de la edad”? ¿Cuál es el aporte de la población adulta mayor para la sociedad?
La concepción de fragilidad se ha visto invadida de convencionalismos negativos sobre la vejez; instintivamente asociamos al individuo “fuerte” con la juventud, y es razonable puesto que una persona joven tiene la facilidad de hacer más actividades que requieren de fuerza que una persona de edad avanzada. Sin embargo, olvidamos que las personas adultas mayores son capaces de tolerar pérdidas y frustraciones que los más jóvenes no. En este contexto la fortaleza emocional del adulto mayor compensa de cierta forma su fragilidad física.
Las enfermedades “propias de la edad”; dicha frase dentro del término “viejismo”, se puede considerar discriminatoria y sin darnos cuenta la hemos dicho alguna vez. El proceso de envejecer esta marcado por el deterioro en la capacidad funcional del organismo. La diabetes, hipertensión y artritis se han convertido en los problemas de salud más comunes en la población adulta mayor. Al decir que alguna enfermedad es “propia de la edad” se trata de normalizar y restar atención, un problema de salud que sin un tratamiento adecuada puede ser peligroso. La medicación puede ayudar a contrarrestar este proceso, pero el constante tratamiento geriátrico abre un mundo de posibilidades para que el deterioro funcional sea reversible.
A pesar de la creencia de que la posición del adulto mayor es depender de alguien más y que su papel socioeconómico sea el de “jubilado”, este grupo de individuos constantemente busca la manera de ganar su espacio en la sociedad; algunos por necesidad y otros por amor a su oficio, siguen siendo parte de la población económicamente activa. Sus aportes son inmensurables en temas ancestrales, de educación, cívicos y sobre todo de valores éticos.
Que las limitaciones y estereotipos existentes sobre el adulto mayor; no sean impedimento para que este se desenvuelva a gusto y a su modo, en la última etapa del ciclo de vida.
Comments