Brevedad, juegos de palabras y finales inesperados
Brevedad, es sin duda una de las características más destacadas del género microcuento. Pero no es el único elemento preponderante en estos textos; que por lo general, su contenido abarca historias desde una línea hasta dos páginas.
Un microcuento debe contar una historia, los juegos de palabras son bienvenidos ; la mayoría de microcuentos se relacionan con otros textos literarios o no literarios por medio de la alusión y la parodia.
El microcuento no se considera como tal, si el autor no termina su obra con un final sorpresivo que se torna abrupto e impredecible, cambiando o revelando un nuevo sentido del texto. En otros casos, el final queda abierto a múltiples interpretaciones.
En esta oportunidad te presentamos algunos ejemplos de microcuentos de una y dos líneas.
Microcuentos de una línea:
1. “Se vende: zapatos de bebé, sin usar”
-Ernest Hemingway (USA): Un cuento muy corto. (6 palabras)
2. “Era muy caro seguir siendo humano”
-Bruce Sterling (USA): Cuentos de 6 palabras Revista Wired. (6 palabras)
3. “Le propuso matrimonio. // Ella no aceptó. // Y fueron muy felices”
-Anónimo (México): Enamorado (10 palabras)
Microcuentos de dos líneas:
1. “Ella que tan suya había sido, ahora era no de otro, sino de ella mismo; en otras palabras, él la había perdido y ella se había ganado”
-Edgar Allan García (Ecuador): "Pertenencias" (27 palabras)
2. “Domingo por la noche, llueve. Ya no croan los sapos en mi patio. Se los llevó el desarrollo, ahora solo quedan en los cuentos de brujas”
-Leonor Bravo (Ecuador): “La niña y la luna" (26 palabras).
3. "Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro"
- Poli Délano (Chile): “A primera vista” (29 palabras)
El acelerado ritmo de vida que se percibe en la actualidad hace que los lectores se interesen cada vez mas por textos cortos, sin dejar atrás la historia, sorpresa y estructura de los textos narrativos a los que estamos acostumbrados.
Una pena las prisas de estos tiempos. Encontrar serenidad y tiempo para el disfrute literario es complicado pero, el microcuento, estimula nuestra habilidad poniéndonos al límite para expresar muchas cosas, con pocas palabras. Un saludo.